Cambiar el líquido de frenos es un proceso sencillo, pero debemos ser extremadamente cuidadosos cuando trabajamos en el sistema de frenos, ya que está en juego nuestra seguridad. El líquido de frenos generalmente se cambia junto con el aceite de la suspensión delantera, como parte de una revisión exhaustiva que se realiza cada 7.500 km o una vez al año, lo que ocurra primero.
Es fundamental utilizar un líquido de frenos de buena calidad, preferentemente del tipo DOT-4. Para que te hagas una idea, un bote de medio litro cuesta alrededor de 10-20 euros. Por supuesto, los hay más caros, pero con un MOTUL LIQUIDO DE Frenos Moto DOT4 va bien y es de los más económicos del mercado. No es tanto el que te gastes mucho en el producto como que lo revises y cambies con más frecuencia.
Precaución con el líquido de frenos: es uno de los mejores (si no el mejor) decapantes de pintura que existe. Si se derrama sobre una superficie pintada, debes secarlo de inmediato si quieres evitar daños. Además, el líquido de frenos es altamente higroscópico, lo que significa que absorbe humedad con facilidad, lo que puede afectar negativamente sus propiedades. También es muy resbaladizo, así que, si se derrama en el suelo, aumenta considerablemente el riesgo de un accidente.
Por estas razones, es importante minimizar el tiempo que el líquido de frenos esté expuesto al aire.
Te recomiendo seguir estos pasos para cambiar el líquido de frenos de manera sencilla y efectiva:
Fabricar un instrumento para purgar los frenos: Para facilitar el proceso, puedes crear un utensilio casero que te servirá tanto para cambiar el líquido de frenos como para purgar el sistema en el futuro. Necesitarás:
- Un frasco de cristal pequeño (como uno de zumo).
- Un tubo de goma transparente de unos 40-50 cm de largo, del diámetro adecuado para ajustarse a la válvula de purgado.
- Un destornillador.
Instrucciones:
- Haz un agujero en el centro de la tapa del frasco con el destornillador (colócalo verticalmente en el centro y dale un golpe suave al mango).
- Introduce un extremo del tubo de goma por el agujero en la tapa hasta que quede dentro del frasco.
- Coloca el otro extremo del tubo en la válvula de purgado.
- Deja el frasco en el suelo con un poco de líquido de freno dentro, lo justo para evitar que entre aire de nuevo al sistema.
Preparación para el cambio de líquido: Ahora que tienes todo listo, hagamos un repaso:
- Coloca el frasco con algo de líquido de freno en el suelo. Asegúrate de que el tubo de goma esté bien sumergido para evitar la entrada de aire en el sistema.
- Inserta el otro extremo del tubo en la válvula de purgado. Normalmente hay dos válvulas, elige la que te resulte más cómoda para trabajar.
- Retira los tres tornillos de la tapa negra de la bomba de freno y retírala con cuidado, dejando al descubierto el depósito del líquido de frenos.
Cambio del líquido de freno:
- Usa una llave fija de 11 mm para abrir ligeramente la válvula de purgado (gira en sentido contrario a las agujas del reloj). Solo necesitas dar un par de vueltas para que comience a salir el líquido de freno antiguo.
- Acciona suavemente la maneta de freno varias veces. Verás cómo el líquido viejo fluye por el tubo hacia el frasco.
- Importante: Vigila el nivel del depósito de líquido de freno. No dejes que se vacíe, ya que podría entrar aire en el sistema. Reponer líquido nuevo periódicamente y ten cuidado de no derramarlo sobre las piezas pintadas ni permitir que entre agua en el depósito.
Finalización:
- Una vez hayas repuesto líquido nuevo varias veces y el frasco de cristal esté lleno de líquido viejo, cierra la válvula de purgado girando la llave de 11 mm en el sentido de las agujas del reloj. Hazlo de inmediato para evitar que entre aire en el sistema a través del tubo.
- Si prefieres evitar este problema, te recomiendo instalar una válvula con sistema anti-retorno, que impide que el aire vuelva al circuito. Estas válvulas cuestan entre 10 y 15 euros y son una gran inversión.
- Asegúrate de que el nivel de líquido en el depósito está entre las marcas "Min" y "Max", preferiblemente más cercano al "Max". Luego, coloca de nuevo la tapa de la bomba con sus tres tornillos, sin apretarlos demasiado para no dañar la tapa.
Verificación final:
- Una vez todo esté cerrado, notarás que la maneta de freno puede sentirse algo esponjosa al principio. Sigue accionándola suavemente unas cinco o seis veces hasta que recupere su tacto normal y firme.
¡Listo! Ahora puedes disfrutar de una frenada potente y segura.